Bartolín, historia de un secuestro

El 29 de Mayo de 1998, Bartolomé Rubia Muñoz "Bartolín" de 27 años, un concejal del PP en su ayuntamiento, fue secuestrado en la localidad de La Carolina en la provincia Jaen, un feudo popular de unos 15.000 habitantes.

Una llamada en nombre de la banda terrorista ETA, advertía de que Bartolomé había sido secuestrado por miembros de ETA. Inmediatamente, se creó una alarma social, ya que se temía que ETA volviera a repetir un suceso como el del tristemente asesinado Miguel Ángel Blanco, ocurrido diez meses atrás.

Al día siguiente, Bartolín apareció en la otra punta del país, más concretamente en la localidad de Irún en la provincia de Guipúzcoa, sin documentación, con apenas 200 pesetas en el bolsillo y sin tan siquiera su teléfono móvil, que acabaría traicionándole. Cuando los agentes de la Erzaintza lo encontrarón, Bartolín relató la historia de su secuestro:

Bartolín aseguraba que había sido secuestro por ETA. Un hombre y una mujer lo raptaron, y los trasladaron desde su pueblo natal hasta Linares. Según su relato, lo obligaron a beber una cocacola con una sustancia que lo adormeció; después, lo metieron en un tren con dirección a Irún. Una vez allí y tras montar en un coche, consiguio escapar de sus secuestradores, abriendo la puerta del coche y tirandose en marcha por un terraplén.

Pero el 30 de Mayo, los investigadores de la policía reconstruyeron la historia de Bartolín y descubrieron que todo había sido un montaje ideado por el propio Bartolín, que incluso reivindicó su propio secuestro desde su teléfono móvil.

Trás descubrirse la farsa, Bartolín pasó de ser una víctima de ETA, a objeto sospechas, enfado y más tarde chistes para la mayoría, además de producirse una ola de indignación a nivel nacional. Bartolín fue trasladado de nuevo a su pueblo natal, donde aguardaban en la puerta de su casa, a pesar de la lluvia, unas 300 personas formadas por periodistas y vecinos de La Carolina. Al llegar a su casa, le esperaban sus familiriares, y testigos aseguran que su padre, nada más verlo, le soltó dos sonoras bofetadas, tras lo cual, Bartolín rompió a llorar como un niño. El que era alcalde de La Carolina y el padrino de Bartolín declaró: "En todas las familias hay un tonto, y a mi me ha tocado este".

El día 1 de Junio, Bartolín fue expulsado del PP.

Un afiliado al PP afimaba que "fue un suicidio político y social"; político porque a Bartolín se le consideraba como una de las grandes promesas del partido: fundador de Nuevas generaciones en la ciudad, y llegó a concejal con tan sólo 24 años. Y lo más importante, es que era ahijado del entonces alcade de La Carolina, Don Ramón Palacios, uno de los pesos pesados del PP en Andalucía.

Y social, porque durante más de 30 años, el padre de Bartolín fué chófer personal del alcalde e íntimo amigo, que trás el incidente, el alcalde empezó de relegar sus funciones dejando al padre de Bartolín, prácticamente sin trabajo.

En cuanto a Bartolín, le costó sudor y sangre conseguir un trabajo, que finalmente consiguió en una empresa que realizaba trabajos con aluminio. Además, del hecho de que se convirtió en objeto de burlas e indignación por parte de sus vecinos.

A día de hoy, Bartolín sigue manteniendo que fue secuestrado, no sabe quién, pero que fué secuestrado.

Bartolomé Rubia Munoz "Bartolín"

Una mente brillante